Las primeras horas de la precampaña me han servido para conocer algunas partes positivas de este reto.
Hay algo que no se ve, diría admirable, en esta comunidad que conformamos entre todas y todos que tiene una dimensión humana muy profunda. En momentos tan intensos aflora la complicidad y el cuidado entre nosotras y nosotros. Preguntarnos cómo estamos, cómo hemos dormido, si comemos bien, si nos tomamos nuestro tiempo para estar con los de casa, para hacer deporte, etc. Las preguntas que nos hacemos cuando vamos en coche, cuando vamos a los pueblos y tenemos la oportunidad de estar con la gente. Yo he sentido ese apoyo e intento dar ese apoyo a las y los compañeros del equipo. Lo he sentido en primera persona y es muy real.
El otro día sentí en Rioja Alavesa que esta comunidad tiene suficiente alcance territorial y cuánta gente hay a lo largo y ancho de Euskal Herria que representa perfectamente el sistema de valores de esta comunidad. Nos cuidamos unos a otros y esos momentos, a veces intensos, los aliviamos. Es un refuerzo. Vamos bien, lo estamos haciendo bien. Así que tenemos un buen camino por delante.