Es de justicia reconocer tanto la lucha que las personas pensionistas han mantenido durante largos años como la Iniciativa Legislativa Popular presentada hoy en el Parlamento Vasco. Se trata de un hecho histórico, no solo por el elevado número de firmas recogidas, sino sobre todo porque constituye un ejemplo de democracia participativa.
Lamentablemente, una vez más el PNV y el PSE han decidido aumentar la distancia entre su retórica y su práctica. Han dado la espalda a la dignificación de las pensiones, han renunciado a mejorar la vida de miles de pensionistas –especialmente mujeres– y han desperdiciado la oportunidad de aprovechar las condiciones políticas y socioeconómicas que tenemos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Hoy por hoy no somos soberanos para decidir plenamente sobre las pensiones, y tampoco lo seríamos aunque se cumpliera el Estatuto de Gernika. Por eso resulta imprescindible avanzar hacia un nuevo estatus político. Mientras tanto, tenemos la responsabilidad de responder a una reivindicación justa utilizando las herramientas que tenemos a nuestro alcance y ofreciendo respuestas políticas concretas. Entre ellas, existen fórmulas para equiparar la pensión mínima al salario mínimo, y un debate legislativo de tal relevancia no puede despacharse a la ligera. Precisamente para eso debe servir el Parlamento: para dar espacio a estos debates y estar a la altura que la ciudadanía merece.
Como han señalado hoy en sede parlamentaria los miembros del Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria, su experiencia en la conquista de derechos y libertades es amplia. Pertenecen a una generación consciente de que los avances solo se logran a base de persistencia y lucha. Por eso son ejemplo, símbolo de esperanza e inspiración también para nosotras y nosotros.
Seguimos trabajando para dignificar las pensiones y las vidas, porque, además de ser una cuestión de justicia, es una inversión para el futuro.